Si tu gato prefiere los muebles al rascador que le has comprado, es porque no has encontrado el rascador ideal de acuerdo a tu gato, y no a lo que tú creas que es el rascador ideal.
El rascado es una conducta natural, necesaria para el mantenimiento de las uñas, el estiramiento muscular y para dejar señales comunicativas. La clave está en dar a tu gato rascadores que le gusten en cuanto a material y posición, por eso hay que probar varios hasta dar con los que le realmente le gustan.
Es muy importante que el rascador sea estable, ya que no lo usará si siente que se le puede caer encima, y debe ser lo suficientemente largo para que el gato pueda estirarse todo lo largo que sea. Hay que ponerlos cerca de de los lugares donde duerme, o donde ya esté rascando, y siempre el lugares prominentes y visibles.
Para fomentar su uso, es muy útil premiarle cuando lo use o lo huela, y jugar con él junto al rascador. Pero sobre todo no hay que forzar al animal a usarlo.