
La dirofilariosis, o enfermedad del gusano del corazón, es una enfermedad provocada por parásitos nematodos que se localizan en las cavidades corporales y el aparato circulatorio de los perros y los gatos, aunque en éstos es menos frecuente. El gusano se llama gusano del corazón porque en estado adulto se aloja en la arteria pulmonar y el ventrículo derecho del corazón y otros vasos importantes del animal, donde puede quedarse varios años, hasta que lo mata por un paro cardíaco.
La dirofilariosis se transmite a través de un mosquito y aunque está en toda la Península, es más frecuente en las Islas Canarias, Huelva, Cádiz y el litoral mediterráneo. El gusano necesita al mosquito como huésped intermedio para finalizar su ciclo biológico.
Este ciclo biológico se desarrolla en dos hospedadores. Primero el mosquito pica a un animal infestado por el gusano, adquiriendo larvas de primer estadio o microfilarias. Estas larvas se encuentran en el torrente sanguíneo del animal, sobre todo en los vasos distales de los que se alimenta el mosquito durante la picadura. Tras un periodo de desarrollo de estas microfilarias en el mosquito, éste pica a otro animal, al que transfiere las larvas, y se convierte en el hospedador definitivo, las cuales terminarán el ciclo alojándose en el corazón del animal.
Durante los primeros 5 o seis meses, el animal no mostrará señales de infestación, aunque puede presentar toses, dificultades al respirar y fatiga al hacer ejercicio. Los gusanos ocupan los vasos del corazón, y la zona de los vasos que contacta con los gusanos comienza a inflamarse, de modo que se reduce el flujo sanguíneo, pudiendo llegar incluso a obstruir los vasos. El esfuerzo que tiene que hacer el corazón para bombear la sangre junto con los daños provocados en los vasos, hace que poco a poco el ventrículo derecho se dilate hasta causar la muerte del animal por un fallo cardíaco congestivo.
Afortunadamente, la dirofilariosis es una enfermedad con un tratamiento preventivo eficaz mediante pastillas de cómoda administración.
Por lo tanto, tanto si vivimos en zonas de riesto como si vamos con nuestra mascota de vacaciones a estas zonas, deberemos acudir a nuestro veterinario para que nos recete pastillas para la dirofilariosis, y de este modo, disfrutar tranquilos sabiendo que nuestras mascotas están protegidas frente al gusano del corazón.
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