
Hace unos días escribimos un artículo sobre las procesionarias del pino, lo peligrosas que son y el gran cuidado que tenemos que tener estos días si paseamos con nuestros perros por una zona de riesgo.
Pues bien, nos llegó a la clínica una perrita, bichon maltés, en estado de shock por haber, posiblemente, chupado una procesionaria. Llegó con la lengua totalmente inflamada, de modo que no podía cerrar la boca y le obstruía las vías respiratorias. Desgraciadamente murió por el shock tóxico y el edema de glotis.